A Federico lo mató la ignorancia, el miedo al artista, al provocador, al genio. Lo asesinaron porque envidiaban su forma de amar y de sentir. El facha no sabe apreciar la poesía si no nace de poetas entregados a la horrible causa de vender su alma por algo de poder y cuatro monedas cubiertas de sangre.
Granada marca el perfil de la vida, no de la muerte. Sus montañas se elevan para contemplar mansamente la Vega granadina; los perfumes guardan la magia de un pasado oriental y culto, envilecido y maldito. Cada calle es un verso recitado a susurros en el oído del paseante, sus esquinas de Albaycin y Judería apuñalan al alma de belleza... Todo parece estar en calma, pero nada más lejos de la realidad: Granada se mueve, cambia su lenguaje, muta su acento. La historia no puede ganar la partida.
Y Federico, vaga errante por el Sacromonte entre sones apagados de Zorongo y Romancero, empapándose de nuevo de una media granaína altisonante y profunda. Su fantasma está muy cerca, quiere vengar su muerte. Aún vive el pensamiento que apretó el gatillo de su tragedia, siguen los verdugos insultando su legado, continúan acechando tras la puerta y maltratando la gitanería del Camborio. El fascista resucita en nuestros días, desde Fuente Vaqueros a Valderrubio, de Alfacar al mismo centro de Granada, tiñiendo de miseria la cultura. Fascistas de Norte a Sur de Este a Oeste, desde Lepe a Finisterre. Lorca sigue vivo. El poeta nunca muere mientras viva su poesía.
Granada, 30 de Julio de 2008
Granada marca el perfil de la vida, no de la muerte. Sus montañas se elevan para contemplar mansamente la Vega granadina; los perfumes guardan la magia de un pasado oriental y culto, envilecido y maldito. Cada calle es un verso recitado a susurros en el oído del paseante, sus esquinas de Albaycin y Judería apuñalan al alma de belleza... Todo parece estar en calma, pero nada más lejos de la realidad: Granada se mueve, cambia su lenguaje, muta su acento. La historia no puede ganar la partida.
Y Federico, vaga errante por el Sacromonte entre sones apagados de Zorongo y Romancero, empapándose de nuevo de una media granaína altisonante y profunda. Su fantasma está muy cerca, quiere vengar su muerte. Aún vive el pensamiento que apretó el gatillo de su tragedia, siguen los verdugos insultando su legado, continúan acechando tras la puerta y maltratando la gitanería del Camborio. El fascista resucita en nuestros días, desde Fuente Vaqueros a Valderrubio, de Alfacar al mismo centro de Granada, tiñiendo de miseria la cultura. Fascistas de Norte a Sur de Este a Oeste, desde Lepe a Finisterre. Lorca sigue vivo. El poeta nunca muere mientras viva su poesía.
Granada, 30 de Julio de 2008
1 comentario:
"A Federico lo mató la ignorancia" ... qué tristeza. Por suerte, Federico siempre seguirá vivo en nuestros corazones.
Un saludo.
http://plataformapoetasinbrazos.blogspot.com/
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