lunes, 4 de agosto de 2008

El maestro y el amigo

Maestro y Amigo:

Aquellos que somos dirigidos por el impulso de nuestra alma, sabemos que todo gira en torno a los sentimientos, y que nada tiene sentido si no sentimos nada.

LLegó su poesía a mi vida cuando apenas era un niño, mi padre, sacó una cassette de una pequeña caja de piel negra, era de un color amarillento con un papel verde oscuro en cada cara, se podía leer en ella: Alberto Córtez.
Siendo apenas un crío sentí como su eco resonaba en mi mente, tanta información, tantos registros tan cargados de sensibilidad eran demoledores, para un niño que apenas contaba con seis años de edad. Puedo decir que en ese momento, nació este aprendiz de poeta que aún conservo con cariño y que vivirá en mi para siempre.

Alberto supone un antes y un después en la música de autor, el puede porque sabe y porque quiere, contar la vida de cada uno de nosotros con exactitud milimétrica, le canta a nuestros sueños, a nuestros lazos familiares, a nuestros amigos, a la mujer amada, a las traiciones que alguna vez nos hicieron daño, a ese empeño por empezar de nuevo a partir de mañana, a nuestras locuras, al amigo que se va o a esos versos que se nos pierden juguetones y que no sabemos a donde diablos se han metido. Es el trovador de nuestras vidas y tal vez de la suya, por eso lo Cortéz no quita lo valiente y se entrega dándolo absolutamente todo cuando pisa las tablas de cualquier teatro. Pese a todo esto, la estupidez política, la ignorancia de aquellos que ocupan un lugar que no le corresponde y que llenan de babas sus hocicos y de gambas su estomago a costa del pueblo, siguen sin rendir homenaje a este cantor de los humildes, que sólo exige respeto.

Lepe, tuvo a bien contar con su presencia en el día internacional de la música, y doy mi más sincera enhorabuena al área que corresponda, aunque he echado de menos un poco más de publicidad, no es esfuerzo ninguno, colocar algún cartel en La Antilla, en un día como este y con un artista como Cortéz, se hubiera llenado el teatro completamente.

El título la columna de este mes es: Maestro y amigo. Lo primero se lo debo a mi padre el me mostró cual era la clave para sentir la poesía profundamente, lo segundo se lo debo a esta Revista y a la sencillez del artista.

Gracias Eloy, te debo una.

1 comentario:

Anónimo dijo...

vaya dos.