Nací en el arrabal, mis primeros olores fueron las esencias de los azahares y los jazmines que cuelgan de los balcones de Triana.
Fué el cante por soleá mi sonajero de cuna, y el pelo encanecido de mi abuela la imagen más bella de mis recuerdos, ¡ay de esas pequeñas cosas que engrandecen al hombre!...
Soy arrabalero, soy de Triana, este barrio me dió su poesía y su flamencura. Por eso no reniego de mi nacimiento, soy decendiente de alfareros, de soñadores con el mar al horizonte, de cucaña, de pestiños en pureza, de Esperanza, de Cachorro, de Patrocinio, de Zurraque y Altozano. Soy más de Triana que de Sevilla, más trianero que sevillano.
