jueves, 19 de julio de 2007

MI UNICA PATRIA, MI PUEBLO

Noche de mi pregón (foto cedida por Eloy Morais)


Soy feliz porque no tengo banderas, ni religiones, ni confesiones, ni sueños incumplidos, ni reinos. Mi única patria es Lepe, por eso no conozco más himno que la salve marinera alrededor de la cruz primera, ni más escudo que el circulo mozárabe y romántico del vientre de mi guitarra, ni más ideología que la búsqueda incansable del verso definitivo. Radica mi verbo en la armonía susurrante y melódica del mar, cuando se despereza y besa cálidamente a las arenas de la antilla, esas que presienten la pisada de mis huellas, conocedoras de mis minúsculos viajes tierra afuera, con el cuerpo empapado y con el sabor a sal en mis labios.No tengo nación, por eso no quiero independizarme de nada, ni de nadie, no busco autonomía ni reivindico la gracia de un dialecto propio. Puedo decir que me siento libre, sin ataduras a regimenes ni burocracias, ajeno de funcionarios y sin el sudor del trasero de la burguesía barata en mis hocicos.Mi unica reina, la señora que descansa vigilante y cargada de años en el camarin de una iglesia que cada vez se aleja más de la figura de su hijo, y de ella misma. Mi rey, es el hombre que me dio nombre y puso su apellido en el transcurrir de mi vida.No tengo nada, porque no soy de nadie. Jamás me vendo a ningún postor, ni compro vidas humanas a cualquier precio, a ninguno. No tengo dueños, ni amos, ni escribientes que pongan su basura sobre la tinta de mi pluma, ni ministros, ni alcaldes, ni concejales, ni hermanos mayores, ni presidentes. Sólo bajo mi cabeza para entregar mi mano al caído, sólo acepto ordenes de la mujer que me ha parido, sólo defiendo aquello que amo, sólo volveré atrás la mirada para ver la historia de aquella imagen que ha dejado el pasado, no callaré nunca, no omitiré mi verdad jamás, jamás me doblegaré a la trampa del dinero.